Si hace apenas una década el negocio de los medios de pago de bajo valor era aparentemente invisible por ser considerado meramente instrumental, e inocuo (sin grandes externalidades económicas y sociales), hoy ocupa un espacio privilegiado en las agendas de todos los agentes involucrados. En un mundo de mayor complejidad y competitividad es clave anticipar y comprender las tendencias globales, regionales y locales, avanzar con firmeza en la transformación digital y unir fuerzas y capacidades con agentes terceros –entre los que destacan las fintech– para ampliar el alcance y garantizar la provisión de servicios de pago que necesita la sociedad del siglo XXI.

La tendencia hacia la omnidigitalización de los pagos es firme en todas las geografías, y si bien cada mercado mantiene su personalidad y peculiaridades, además de su propio marco regulatorio e institucional, todos avanzan hacia una suerte de paradigma en el que las autoridades, relegadas originalmente a un rol de vigilancia, asumen cada día mayor protagonismo motivado por tres grandes fuerzas que han irrumpido a nivel global: la inclusión, la geopolítica y la digitalización.

Contamos con amplia experiencia y referencias recientes en el análisis de las tendencias relacionadas con el mundo de los pagos minoristas en numerosos países, en el acompañamiento y apoyo a las estrategias regulatorias, identificación de oportunidades de negocio y el esclarecimiento del funcionamiento y de los agentes participantes en la industria de los pagos de bajo valor.

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