El pasado domingo 20 de noviembre finalizaron las reuniones de la #COP27 que durante 14 días han tenido lugar en Sharm el-Sheikh. Desde el punto de vista del procedimiento, no había grandes decisiones que tomar en esta COP y no podemos decir que se hayan producido grandes avances.
Ricardo Pedraz
Consultor de Afi
La COP africana, como muchos la bautizan, será recordada por la aprobación de un fondo destinado a apoyar a los países más vulnerables ante el cambio climático y que se vean afectados por desastres naturales, conocido como Loss and damage Fund. Es una reivindicación que ha venido planteándose desde hace muchos años y que se ha suscrito en esta sesión. Queda por definir qué países serán los que se puedan acoger, quiénes serán los aportantes, cuánto será la dotación de este y la forma en la que se articulará. Las propuestas vendrán de un grupo de expertos designado por Naciones Unidas, pero si queremos tomar algún ejemplo cercano, podemos hacerlo con el Fondo de Solidaridad de la UE que ha venido actuando desde 2002.
Se han desarrollado otros avances a nivel técnico como la definición de pautas preliminares para la construcción de un mercado de compensación de emisiones de carbono. Basado en actividades de mitigación, se permite el desarrollo de créditos de carbono que pueden transferirse internacionalmente y utilizarse en otros países para cumplir los objetivos de descarbonización. Se han establecido dos niveles, aplicando diferentes reglas dependiendo de quién compre los créditos y con qué propósito. En lo que respecta al entorno empresarial, no hay grandes avances que puedan vincularse al creciente mercado de compensaciones voluntarias de emisiones que se está creando en paralelo, pero sí que debe denominarse, a partir de ahora, como “contribuciones de mitigación” y por lo tanto debe cambiar su enfoque de compensar a mitigar.
A nivel sectorial, las propuestas han sido muchas y, en muchos casos, muy relevantes. El texto oficial acordado hace mención a la necesidad de acelerar la transición energética, lo cual pasa, en parte, por reducir el uso del carbón y el aumento de las renovables. El resto de los sectores no quedan reflejados, salvo una mención expresa a que se requiere una transformación del sistema financiero y sus estructuras y procesos, involucrando, entre otros, a los actores financieros.
Aun así, la campaña de aceleración de adaptación de seguros, la declaración del inversor global y la guía para la definiciones de planes de descarbonización definida por un grupo de expertos designados por Naciones Unidas deben ser consideradas como buenas iniciativas para acelerar la acción de este sector y dar credibilidad y confianza al proceso que deben seguir las entidades financieras.
Por lo demás, no ha habido grandes avances en materia de geopolítica ni macroeconomía. Es verdad que se ha debatido y mucho sobre el problema de endeudamiento que algunos países vulnerables al cambio climático tienen y que puede llevarlos a impagos. La Agenda Bridgetown ha dinamizado un debate en el que se ha hablado de condonación de deuda, nuevos modelos de cobertura, extensión de instrumentos novedosos como los canjes de deuda-por-naturaleza, el uso de derechos especiales de giro para facilitar la financiación de estos países. Al final, la declaración de las partes ha incluido sólo una petición a reformar los bancos multilaterales de desarrollo y otras instituciones financieras internacionales para que canalicen más dinero en proyectos climáticos y en mejores condiciones.
El Plan de Implementación de Sharm el-Sheikh acordado en la COP27 insiste, eso sí, en definir el escenario de +1,5ºC para establecer el objetivo global de las partes. El objetivo es cada vez más difícil y se requiere que las emisiones se reduzcan más de un 40% con respecto a las que había antes de la pandemia de la COVID-19, pero al menos las partes han mantenido ese objetivo global que nos evitaría una grave desestabilización climática.
Por ello, pide a los países revisen y refuercen sus objetivos climáticos, conocidos como NDCs, para 2030 antes de finales de 2023 de forma que estén alineados cuanto antes con el Acuerdo de París. Las partes han mantenido ese objetivo global que evitaría una grave desestabilización climática.
En definitiva, una reunión que sigue permitiendo pequeños avances en la agenda climática, aunque quede mucho trabajo que desarrollar. Los efectos deben de notarse en los próximos años y esperemos que el punto de inflexión llegue cuanto antes.
Servicios de Afi relacionados
- Consultoría estratégica en sostenibilidad a entidades financiera (entidades de crédito, compañías de seguros y entidades gestoras de activos)
- Asesoramiento y gestión de productos de inversión sostenible (metodologías ODS, descarbonización, etc.)
- Desarrollo y definición de instrumentos financieros sostenibles (bonos, marcos de financiación, etc.)
- Desarrollo de metodologías y herramientas de valoración de riesgos climáticos o riesgos ASG
- Análisis de impacto económico de políticas ambientales y sociales
- Programas y cursos de formación en sostenibilidad.
Para más información contacta con: Claudia Antuña, socia de Afi.